domingo, 1 de marzo de 2009

Señales de sentido

1 comentario:

  1. Tío, os dejo un texto para que comentemos luego. Encuentro interesante tu proceso pero me asaltan algunas dudas.

    El texto lo encontré hoy y está en una recopilación homenaje a Van der Laan realizado por el colegio oficial de Arquitectos de Castilla y León Este, realizado en Septiembre de 2006.

    El texto va firmado asi: Van der Laan / Carlos Puente

    Ahí va:

    LA FALSA EXPRESIVIDAD

    Hoy en día tendemos equivocadamente a poner el acento en algo llamado expresividad, que, que procede, a través de la forma de los objetos, del sentimiento subjetivo de quien los produce.

    Nuestras obras, no siempre tendrán la misma perfección, dado que se organizan a través de tentativas. Cada cual deja en las cosas que hace, signos de su capacidad, más o menos desarrollados. Cuanto más evolucionada esté dicha capacidad, tanto más universal será la obra y menos rasgos individuales se encontrarán en ella.

    La habilidad productiva se desarrollará sobre todo por medio de la atención que pongamos en la expresividad objetiva, que proviene de la obra misma. A falta de tal expresividad, la producción de la obra permanece bloqueada a nivel de funcionalidad, la cual depende del material, de la técnica y del uso. A causa del influjo variable de las circunstancias, las formas se ven sometidas a lo subjetivo y por ello serán expresión personal del autor.

    Este modo de entender la expresividad, se opone a la concepción que de la misma han tenido todas las grandes civilizaciones, que siempre han puesto la atención en la expresividad objetiva, que proviene del objeto mismo y no de la subjetividad del autor.

    Encontramos un eco de esto, en aquel antiguo cuento sobre un sabio rey chino, que cedió el reino a su único hijo, recomendándole encarecidamente que se esforzase en conseguir que en su reino, los hombres construyesen y cantasen bien. Aducía para ello la siguiente razón: si el espacio y el tiempo se organizasen en perfecto orden, los hombres también vivirían en paz y en orden y evitarás el peligro de las revoluciones.

    También San Bernardo, en el capitulo XIX de su regla, dice que en la liturgia es necesario cantar de manera “que la mente se acomode a la voz” y no al revés como hoy suele suceder.

    Debemos por tanto conocer plenamente las condiciones de nuestro intelecto.

    Van der Laan / Carlos Puente

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